Prórroga de la ley 39/2015 y el procedimiento digital.

Mientras se apuraba el mes de agosto el consejo de Ministros sacó hizo varios anuncios. Uno de ellos levantó mucho polvo, crear una comisión de expertos para estudiar un cambio del huso horario. El segundo levantó mucho menos revuelo (en el mundo genral, aunque tengo el timeline de twitter en ebullición con grandes artículos de Victor Almonacid y Concepción Campos), prorrogaba la ley 39/2015 la generalización del procedimiento digital por defecto dos años más. Vamos a decir que no es algo que nos pueda pillar por sorpresa, pero no por previsible deja de ser interesante ver qué es lo que ha pasado, cómo ha reaccionado el mundo administrativo y, sobre todo, lo que podemos aprender a futuro.

El rapto de las sabinas, cuando estas median entre los sabinos y romanos, retrato del debate acerca del cumplimiento del procedimiento digital.
El Consejo de Ministros mediando entre los que ya tienen toda su tramitación digital y los que dicen que aún les queda. Fuente.

Lo imposible de los plazos de la ley 39/2015

Hay que reconocer una cosa. El legislador tiene gusto por los plazos. Esta especie de voluntarismo, del que ya hemos hablado, no deja de ser común e ingenuo. Si recapitulamos, en 2018 todas las Administraciones tienen que:

  • Tener toda su contratación electrónica y anunciar todos sus contratos en la plataforma de contratación del Estado. Os voy ya avisando, esto no es así, y por lo que me cuentan para un proyecto que estoy montando con Populate Tools, no parece que casi nadie tenga intención de hacerlo en los próximos meses.
  • Tener todo su funcionamiento adaptado al RGPD. Basta con darse una vuelta en 10 ó 15 páginas de administraciones para ver que tampoco.
  • Tener todo el procedimiento digital implantado.

Personalmente, con llegar a sola una de esas tres cosas, ya sería un año increiblemente exitoso. Llegar a las 3 me parece un escenario poco realista. Es un poco como en la película Lo imposible viene a decir que cuando uno mira una estrella no sabe si estará viva o muerta, y sólo le queda desear que es así. Pues bien, está claro que quien hace estas leyes cuenta (de manera muy poco realista, en mi opinión) en que cuando llegue, los deberes estarán hechos.

El ciclo del duelo de las leyes de procedimiento digital

El proceso del ciclo del duelo ha sido el siguiente:

  • Negación: ¿Cómo no van a cumplir nuestra ley? Hombre, si es voluntad, decisión y liderazgo. Y les vamos a dar subvenciones y algunos recursos compartidos. Es imposible que no lleguen a 2018.
  • Ira: ¡Cómo que no van a cumplir nuestra ley! No se atreverán, lo dicen la ley y cómo no lo hagan, se les va a caer el pelo. Sanciones a cascoporro.
  • Negociación: Aunque sea, cumplid lo importante de nuestra ley. En este caso asumes que, a lo mejor, la licencia para la instalación de veladores en la calle en un pueblo de 500 habitantes no llegue, pero hombre, al menos que se integre en el sistema de notificaciones telemáticas, digo yo que si.
  • Depresión. Nadie hace caso a nuestra ley. Quedan 3 meses y no hay quien nos eche cuentas.
  • Aceptación. Bueno, demos dos años más, que seguro que esta vez si. Como no habéis llegado, damos dos años más y a ver.

¿Ando muy equivocado? Creo que no.

La importancia de ser razonable

Como decía, el legislador se lanza a sacar plazos y objetivos. Los objetivos suelen ser ambiciosos y poco realistas. En el caso de los plazos, deben obedecer a la magnitud de los retos. En este caso, en mi opinión, la cosa no está tanto en el tiempo, sino en el alcance.

¿Tiene, de verdad, sentido aspirar a una tramitación digital universal por defecto? En mi opinión, no es así. Por poner el ejemplo de digitalizar la solicitud de licencias de terraza via telemática en municipios pequeños, es inapropiada. Por un lado, a los municipios les estas exigiendo un esfuerzo enorme para algo que quizá no sea tan importante. Por otro lado, al exigir igualdad de condiciones y plazos, estas dando la misma pioridad a esto que a la presentación de los estatutos de una asociación ante la Agencia Tributaria, que aún no coge los documentos con firma digital. (Aviso, en mi pueblo está todo digitalizado, pero me consta que esta parte del trámite no se puede hacer digitalmente en la Agencia Tributaria). Cadiar 1, Agencia Tributaria  0.

El psicodrama de las administraciones

Claro, ahora bien. Despues de 3 años, había administraciones que habían echado el resto para llegar. En muchos casos con un coste personal alto para quienes se han implicado en el proyecto. Otras se han esforzado y no han llegado. Unas pocas más, directamente habían pasado. Así que una prórroga general tendrá efectos diferenciados entre estos colectivos.

  • Quien ha cumplido a sangre y fuego. Pues está en parte orgulloso y en parte muy frustrado o frustrada. Me puedo imaginar facilmente algún habilitado o habilitada que ha montado un zafarrancho para digitalizar su administración a tiempo. Llega el 31 de agosto (cuando acaba sus vacaciones) y el 3 de septiembre, de regreso, le esperan cientos de correos y ese jefe (o jefa) de negociado que le ha amargado la vida con una sonrisilla condescendiente, y diciendo «¿qué ha pasado con los plazos?» como quien te dice «¿Cómo quedó el Athletic el domingo?» después de perder en Anoeta. A mi me darían ganas de gritar mucho.
  • Quien estaba ahogándose en la orilla. Estas personas respirarán pensando que tienen dos años más. La verdad es que son los únicos beneficiados, pero ojo, que a lo mejor el cambio de plazo les hace relajarse (a mi me pasa constantemente).
  • Quien ha pasado. Pues a esos les da igual. Por un lado se sentirán reforzados (todos estos pringaos corriendo para nada). Por el otro, intuyo que el nuevo plazo les importa lo mismo que el viejo.

El ejemplo de Google Plus

En mi opinión el legislador actúa aquí como Google cuando trató de tener éxito con Google Plus. No sé si os acordáis que, no sólo abría perfil en la red social a todas sus cuentas, sino que toda la información se centraba en ella, los resultados de Google sacaban la foto de Google Plus, las recomendaciones de Android Market eran las de Google Plus y los comentarios de Youtube serían solo posibles si tenías Google Plus. Mucho esfuerzo para nada. Algunos creyentes nos metimos a full (que ingenuos éramos) y el resto pasó del tema.

Cogiendo un poco la simultaneidad temporal, hay que considerar que hay cosas que puedes hacer verticalmente sin grandes complicaciones y otras no.

El cambio de hora posiblemente es una cosa que podamos cambiar a golpe de BOE, pero el modo de trabajar de miles de administraciones, no es una de ellas.

Lecciones para el futuro

Si de verdad la Administración quiere hacer una administración digital universal (cosa que tampoco estoy seguro de que sea tan buena idea) debería tener en cuenta algunas cosas:

  • Entender que no hay un posible enfoque «solitario». Hay que contar con CCAA, Entes Locales, organismos autónomos. No sólo por cuestiones de plazos, sino de necesidades, expectativas, utilidad y estrategia.
  • Priorizar. Decir «todo tiene que estar listo para esta fecha» es como decir «nada tiene que estar listo para esta fecha». Sé que cuando se hizo la ley 11/2007 se trató de priorizar y no se logró, pero no podemos partir de una generalización que crea estrés, frustración y pérdida de foco.
  • Facilitar las cosas. Las Administraciones (y las jerarquías) olvidan que la parte interna de una organización es también demanda y que un servicio tiene que facilitar la vida a la demanda interna y externa. Es decir, poner fácil a la gente usar los recursos que quieres que utilicen, no difícil. En mi experiencia, el interés hacia este tema es relativamente bajo y hace que, por ejemplo, nadie (o casi nadie) esté subiendo sus contratos menores a la Plataforma de Contratación del Estado. Si quieres que la gente use algo, hazles algo útil y fácil. Si lo pones difícil vas a necesitar el triple de esfuerzo para lograr la mitad de resultado.

Aviso, spoilers. En 2020 tampoco.

Una cosa estupenda de los plazos es que parecen lejanos y que hay tiempo. Sin embargo, como dice este cartel de ACME, las cosas grandes que caen están más cerca de lo que parecen. Dudo mucho que en 2 años, si se persiste en el mismo foco, el resultado sea distinto al de 2009, 2011 o 2018 en este tema, o al de la Ley de Contratos o el RGPD. Como se suele decir, el loco es el que repite la misma acción esperando diferente resultado. 

Imagen del coyote protegiéndose de una roca que cae con un pequeño paraguas y pone "Cuidado, los objetos que cae están más cerca de lo que parecen". Algo aplicable al nuevo plazo del procedimiento digital
El coyote da consejos a todas las administraciones que piensan que en 2020 llegan fijo.

En todo caso, creo que hay que felicitar a quien ha hecho este enorme esfuerzo, que yo creo que en su mayoría lo habría hecho sin los plazos, y lo habría hecho mejor con más diálogo, orientación y ayuda. También hay que animar a quien sigue adelante con el tema… y a quien no, pues no sabría ni que decirle, pero no creo que levantar el puño muy enfadado y decir, «nos vemos en 2020» vaya a ser de gran utilidad.

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