Lourdes Muñoz Santamaria, es ingeniera informática Co-fundadora de Iniciativa Barcelona Open Data y Presidenta de Dones en Xarxa es una creyente de la cosa «open» el emprendimiento y la igualdad. Un lujo tenerla por aquí.
El hecho que el Open data sea uno de los pilares del gobierno abierto, hace que en ocasiones perdamos la perspectiva sobre su potencia y origen como “recurso público” o “recurso accesible para el público”.
“Los datos abiertos en realidad podrían ser más importantes que el código abierto” afirmó en 2007 Tim O’Reilly, una de las primeras referencias de este concepto, se refiere a los “datos abiertos” como recurso.
La comunidad que ha promovido el open data en las instituciones, surge como una de las iniciativas “Open” que tienen origen en la filosofía abierta de internet. Las más conocidas son las iniciativas de “software abierto” y cultura abierta. Posteriormente, surgen proyectos de gobierno abiertos que incluyen Open Data o Datos Abiertos.
Lo abierto hace efectivo lo público.
Los datos abiertos suponen una avance institucional, no solo por el hecho de “abrir” o poner a disposición – “Open”, licencia con permiso de reutilización sin restricciones de uso – los datos públicos. Sino que hacen “real” y efectivo su carácter público. Los datos son la nueva materia prima, y los datos abiertos son la más democrática.
Después de más de 10 años en que los países pioneros pusieran en marcha sus portales de open data – Estados Unidos y Reino Unido -, tenemos la certeza que para hacer efectivas sus ventajas sociales, no se trata solo de publicar datos, se debe fomentar su reutilización.
Un poco de historia de la apertura desde lo público
Cuando el primer ministro Gordon Brown presentó el portal de datos abiertos del Reino Unido (data.gov.uk) en el 2009, situó esta iniciativa como una forma de generar oportunidades para las empresas, aumentar la transparencia y otorgar poder a los y las consumidoras. Una iniciativa para fomentar la economía más equitativa, ya que por ejemplo los datos públicos accesibles permiten generar actividades económicas.
Reino Unido – número uno a nivel mundial del Data Barometer – no sólo mantiene una estrategia de apertura de datos, sino que la acompaña de acciones para la innovación y la dinamización económica basada en datos. Por esa razón, se creó el Open Data Institute – ODI (con financiación público-privada) cuya misión es apoyar la creación de valor, “promover el uso innovador de datos abiertos para afectar el cambio positivo en todo el mundo” es su origen.
ODI publicó un informe del 2015, en el que localizó a 270 empresas de datos abiertos en Reino Unido -“Una empresa de datos abiertos utiliza, produce o invierte en los datos abiertos como un aspecto fundamental de su trabajo”–.
Cuando el trabajo es solo el principio de lo mejor
La creación de portales de open data no se transforma automáticamente en valor social y económico. Deben facilitarse instrumentos para que las personas sean capaces de transformar datos en valor económico o social.
Es importante ayudar a las personas a identificar y abordar cómo los datos abiertos se pueden utilizar de manera efectiva en su sector para mejorar la toma de decisiones y los procesos, ofrecer servicios y productos más eficientes y efectivos, y fomentar el crecimiento económico y la productividad.
En nuestros país, es el momento de ir más allá de la proliferación de portales de datos abiertos, debe haber una política pública de transformación de valor de estos datos, que implica divulgación, estandarización, espacios de encuentro en instituciones – empresas para fomentar la reutilización económica y formación de la ciudadanía. Así, volviendo a su origen, el open data debe ser un recurso accesible para que la ciudadanía lo pueda transformar en valor para sus proyectos.