#META2020. El fracaso de un Plan Estratégico, ¿o no? No cometas estos errores, ¿o sí?

El post de hoy nos lo trae Carmen Rodríguez Sanchis, a la que quizá algunas personas conozcáis de las RRSS y de su presencia en diferentes congresos. Ella es funcionaria de la Administración Local valenciana y toda una fuente de energía y resiliencia capaz de superar cualquier reto.

#META2020 fue (es o será) un Plan Estratégico elaborado para una administración que partía casi de cero en Transformación Digital. Este Plan Estratégico reunía las principales iniciativas que mi organización debía ejecutar durante el periodo 2019-2020 y señalaba las necesarias pautas de actuación y orientación en un escenario de cambios y transformaciones.

El cuadro Guerin Andromaca y Pirro ilustra este post sobre presuntos fracaso de un plan estratégico
Pirro explicando que el plan estratégico no ha salido tan rodado como se esperaban todos. Fuente

El plan META

Las líneas y actuaciones de este Plan Estratégico se centraban de manera decidida en cuatro ejes, que a su vez desplegaban cuatro objetivos estratégicos y otros tantos objetivos operativos o proyectos.

Estructura del proyecto META

Con todo ello, la intención era transformar nuestra estructura organizativa para adaptar los procedimientos, actuaciones administrativas y funciones del personal a las leyes 39 y 40, además de establecer un sistema multicanal de atención a personas, empleados y empresas y adaptar nuestro modelo de servicios a las nuevas tecnologías mediante una metamorfosis en los hábitos y rutinas de trabajo. Todo ello, mejorando el uso de los recursos públicos, disminuyendo costes asociados a la tramitación de procedimientos y dotando de mayor seguridad a la información.

OE1 Transformar la Oficina de Registro en OAMR

OO.1.1   Formación de los empleados del registro

OO.1.2   Cambio de ubicación de la OAMR

OO.1.3   Atribución de nuevas funciones y responsabilidades al personal OAMR

OO.1.4  Obligatoriedad, para los empleados públicos en su relación con la organización, de la utilización de la vía electrónica

OE2 Garantizar los derechos digitales

OO.2.1  Registro electrónico

OO.2.2  Sede Electrónica

OO.2.3  Catálogo de trámites

OO.2.4  Notificación electrónica

OO.2.5  Servicio de autoliquidaciones y pasarela de pagos

OO.2.6  Gestor de expedientes

OE3 Implicar a las personas

OO.3.1  Formación

OO.3.2  Acompañamiento

OO.3.3  Implicación

OE4 Hacia una administración simplificada y sin papel

OO.4.1  Simplificación de trámites, reducción de cargas y declaraciones responsables

OO.4.2   Relaciones electrónicas con otras AAPP

OO.4.3   Interoperabilidad

OO.4.4   Digitalización

Esto es lo que pasó con META

#META2020 era un plan ambicioso, no tanto por su contenido, que simplemente pretendía adecuar esta administración a la Ley, mediante la implantación de un sistema que cumpliera con la legislación vigente en materia de Administración Electrónica, sino por afrontar los grandes retos de hacerlo en veinticuatro meses, en una administración desconocida para mí (llegaba en comisión de servicios) y en la que además muchos compañeros me recibieron con cierto recelo, y no lo digo como reproche, sino como muestra de la normal desconfianza inicial y resistencia contra la que también tocaba lidiar.

¿Recordáis un viejo aforismo cuya autoría se atribuye a un torero?:

«No puede ser y además es imposible».

Pues eso era #META2020.

Sin embargo, no soy de esas personas que piense a priori que algo es inalcanzable sino todo lo contrario, así que con la temeridad que me caracteriza, como infatigable impulsora del cambio y de la transformación, me lancé a materializar mi Plan Estratégico.

Durante el primer año, pese a todos los tropiezos que acompañan siempre cualquier iniciativa transformadora, puedo decir que fue un gran éxito, no exento de sudor y muchas lágrimas (sangre, afortunadamente no hubo). ¿Qué ocurrió después? Para no entrar en detalles escabrosos simplemente diré que fueron muchos los factores internos y externos que me hicieron tirar la toalla convirtiendo 2020 en un año perdido.

No cometas estos errores, ¿o sí?

La única persona que no se equivoca es la que nunca hace nada. Equivocarse no es agradable, nos hace sentir incómodos, frustrados y fracasados, pero si bien resulta obvio que es importante hacer las cosas bien, meter la pata no siempre es algo malo. Nos ayuda a aprender y a crecer, nos muestra quienes somos y clarifica nuestras prioridades. A veces, errar es darse una nueva oportunidad y yo he decidido dármela en 2021 con la experiencia de aquello que salió mal.

1. Mi plan estratégico

Mí, pronombre posesivo que indica un solo poseedor. Los planes estratégicos no son individuales, ni se pueden llevar a efecto con el impulso de una sola persona por mucho entusiasmo y motivación que posea. Esto es algo que ya sabía, el error fue no exigir desde el principio la creación de un equipo de trabajo para la gestión del proyecto con un obligado porcentaje de dedicación al mismo.

Equipo – y además muy capacitado – existía, pero limitado por las prioridades y urgencias del día a día, algo que supuso no darle al plan la importancia que merecía y mi sensación constante de abandono, de desamparo, de estar sola ante el peligro.

2. Aprobación del Plan

Otro de mis principales errores fue no saber “vender” mi plan al equipo de gobierno, esto hizo que se considerara como un hito necesario, por imposición legal, pero aislado y no como una estrategia integral o de conjunto. Cualquier proyecto necesita un liderazgo político y técnico compartido, y éste no lo tuvo.

Hoy, muchos de los objetivos operativos de #META2020 se encuentran integrados dentro de un Plan Estratégico más amplio, aprobado y apoyado por toda la organización. Esta fue una de las condiciones que puse para volver a intentarlo, pero un momento, ¿aún no os he contado que abandoné el proyecto y ya os he desvelado que volví? Sí, lo de crear suspense no es lo mío, soy muy “ansias”.

3. Tirar la toalla

Tras un año extenuante, trabajando incansablemente por cumplir los objetivos del plan, en el que el agotamiento se veía compensado con la satisfacción de tener un horizonte y unos objetivos claros, y estimulado al comprobar que los proyectos se iban concretando, llegó la crisis. Y no me refiero a la económica, social y sanitaria (que también), sino a la mía.

Como os he dicho antes, no entraré en detalles pero, como era de esperar con los antecedentes expuestos, llega el día en el que aparece un obstáculo que, tras varios intentos frustrados, no puedo salvar. Es entonces cuando me invade la sensación de no poder más y la constatación de que tanto desgaste personal no compensa un trabajo que desde el primer momento hice por devoción, sin pedir nada a cambio. Decidí entonces que no valía la pena seguir apostando por algo que no le importaba a nadie más que a mí – esto último no es cierto, importa y mucho, pero en ese momento así lo sentí- .

4. El retorno

Volver, ¿otro gran error? Pues en principio puede parecer que sí. Tras todo lo ocurrido, cualquier persona con un mínimo de cordura se dedicaría a desempeñar su trabajo en la oficina de registro – ya os he dicho que estoy en este proyecto por vocación, no entra dentro de mis funciones, ni de mis responsabilidades, ni de mi sueldo – pero no puedo hacer eso por una razón, porque lo que cada uno de los empleados y empleadas públicas hagamos hoy, repara el ayer y construye el mañana de las Administraciones y mi obligación, como la de todos y todas a los que se brinde esta oportunidad, es contribuir a un mañana mejor.

Cuando decía al principio del post, #META2020 fue (es o será), es porque independientemente de que fue imposible cumplir el cronograma en alguno de los proyectos, la hoja de ruta está marcada y poco a poco van tomando cuerpo viejos objetivos que se quedaron en el camino.

Y lo más importante, he aprendido tanto de mis errores, que no me importa cometer unos cuantos más.

El fracaso de un Plan Estratégico, ¿o no?

Llegados a este punto, no considero #META2020 un fracaso sino un aprendizaje continuo. Muchos compañeros y compañeras, de mi organización y de otras administraciones públicas, me han ayudado a mirar hacia el futuro, a aprender del pasado y a seguir disfrutando del camino. Y muchos de aquellos que a mi llegada me observaban con recelo son hoy grandes compañeros y amigos, compañeras y amigas. Aunque sólo sea por esto último, este plan es una gran victoria.

Que la transformación digital va de personas y no de tecnología es hoy en día un axioma pero por si quedaba alguna duda, aquí está mi experiencia, una más, para atestiguarlo.

A día de hoy nuestro pseudo Plan Estratégico sigue vivo gracias a las personas que seguimos apostando por él y eso es todo un éxito, ¿cuántos planes estratégicos brillantes, anunciados a bombo y platillo, duermen en un cajón después de ser aprobados?

#META2020 es un supérstite, flexible, en continua transformación, dinámico y su nombre, totalmente caduco hoy, es una de sus cicatrices y, en consecuencia, una de las mías. Las cicatrices son la metáfora de una insignia, y eso es este proyecto para mí, porque lleva la carga de lo sucedido y la experiencia de sobrevivir.

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