Después de un año de barbecho, que las universidades me dejaron muy tocado, vuelve la investigación sobre portales de Transparencia de este blog. Ya hemos hablado de los portales autonómicos, de los municipales y de los universitarios. A punto de los 5 años, había que buscar nuevos temas. En su momento pregunté a twitter sobre tres opciones: diputaciones provinciales o partidos políticos o volver a las CCAA. Pues bien, el voto mayoriario fue los partidos políticos y yo, como soy así, me voy a poner a la tarea. Vamos a analizar los portales de transparencia de los partidos políticos.
Los partidos políticos y la transparencia
La verdad es que siendo este blog de analítica pública, los partidos me tocan de manera un poco colateral. No son administraciones pero están intimamente ligados: tanto en su repercusión gestionando, como en la relación a la hora de crear opinión pública, la selección de élites y la financiación pública.
Uno de los detonantes de la agenda política de la transparencia viene, precisamente, por las tramas de corrupción vinculadas a partidos políticos. La ley estaría «coja» si se fiscalizara el instrumento (es decir, la administración) y no el sujeto (el partido) para evitarlo. La ley tiende a hacerse lógicamente expansiva y exige a los organismos que gestionan total o parcialmente fondos públicos obligaciones equivalentes a lo público igual que ocurre en otros elementos como la accesibilidad.
Así que tenemos clara una cosa: los partidos son objeto de la Ley de transaparencia, sin embargo lo están de una manera menos exigente. En concreto, les afecta el capítulo II de la Ley, y de manera parcial. No tienen ni que facilitar el derecho de acceso ni todos los documentos que abarca dicho capítulo (en parte porque no son cosa suya) y en otros casos, me da la sensación de que la cosa queda en manos de la interpretación.
¿Tiene sentido? No soy jurista y hay gente más que capacitada para hablar de esto , así que no tengo una opinión clara, aunque luego hablaremos de algunas ideas que tengo. Tampoco busco de momento soluciones concretas para lo que siempre podéis ver esta página de María Díez Garrido sobre Partidos Abiertos.
Las peculiaridades de los partidos políticos
Como decía, los partidos políticos están sometidos a una versión «soft» de la Ley de Transparencia. Ni están sometidos a todas las obligaciones públicas en cuanto a lo que deben hacer, ni desde luego, deben presentar la misma información.
No es solo eso, sino que, en un primer paseo por el objeto de estudio, me da la sensación de que no están sometidos ni a una doctrina común ni a una supervisión muy estrecha, esto ya lo veréis conforme avance el estudio.
Por ejemplo, Transparencia Internacional, en el último estudio de 2017 (y mirad si ha cambiado el panorama político) contempla 30 indicadores, muchos menos que, por ejemplo, los ayuntamientos.
El hecho adicional de que no haya mecanismos de control muy estrictos hace que tengamos un panorama diferente. Esto es una suposición, pero la asimetría en los contenidos da que pensar que el control no es muy estrecho.
Los partidos y la transparencia.
El auténtico problema para mi es que, entendiendo la necesidad de abarcar a los partidos en la ley de transparencia, el uso de los portales me resulta un poco extraño. Esto se basa en dos conjeturas.
La capacidad de fiscalización de los partidos políticos, a diferencia de las instituciones públicas, está menos sometido al activismo o a la acción social. Es más probable que un movimiento social o profesional pida información a la adminstración que a un partido, así que un elemento masivo no parece el objeto idóneo.Este control se ha hecho de manera profesional a través de la prensa, que tiene sus propios mecanismos de solicitar información (que es más ambiciosa en muchos casos que lo estipulado por ley).
En segundo lugar, entiendo que la exigencia de la ley de publicar determinada información tiene como objeto generar responsabilidad sobre que esta sea efectiva y real. Como digo, en un primer barrido, encuentro enormes carencias, lo que me da a suponer que esta «responsabilidad» de existir, no se exige. La cuestión es si, quizá, la mejor manera de garantizar este fin (la transparencia) el portal es el mejor medio.
Investigar los portales de transparencia de los partidos.
Lo que sabemos de los portales de transparencia
Vayamos por partes. Tradicionalmente este estudio viene de averiguar cuanta gente realiza el derecho de acceso a la información pública de todas las personas que entran. Sin embargo, ni los partidos están obligados a facilitar el derecho de acceso, ni confío demasiado que, incluso pidiéndolos, me faciliten sus datos de tráfico. Ojalá me equivoque, pero ya veremos.
En todo caso, recordemos algunos elementos o principios de las leyes de los portales de transparencia que hemos ido sacando en claro estos años:
- Los portales bien diseñados tienen un flujo de tráfico más estable, creciente y continuo, mientras que los mal diseñados están sometidos a eventos externos.
- El derecho de acceso se ejerce más a menudo en portales peor diseñados, lo que parece indicar que está relacionado con posibles limitaciones de acceso a dicha información en su parte abierta
- El aumento del uso de derechos de acceso puede estar relacionado con un aumento de preguntas que no corresponden al mismo por motivos endógenos (mal diseño o mala explicación) o exógenos (interés político sobre un tema lateral).
- La práctica de comunicación bidireccional en RRSS genera un mayor uso tanto de los portales de transparencia como del derecho de acceso
- La transparencia es mayor cuando los recursos digitales son específicos: un portal propio permite generar entornos más adaptados a las necesidades de comunicar
- Los recursos específicos requieren estructuras de personal dedicado a ello. Es decir, mejor con un portal propio, pero solo si tienes gente que lo pueda mantener.
- El uso de los portales está marcado por el interés de la comunidad política sobre temas concretos. Una entidad que genera poco interés, genera poco uso en sus portales.
- En los casos en los que la presión externa (ciudadanía, tercer sector, etc.) es menor, el cumplimiento de la norma es más desigual.
Hay mucho más, pero esto es lo básico.
Lo que queremos (o esperamos) aprender sobre los portales de transparencia de los partidos políticos.
¿Qué esperamos sacar de todo esto? Pues la verdad es que me encantaría ver si la gente pregunta a los partidos, pero ni creo que pregunte mucho, ni creo que pueda conseguir el dato, así que esto rompe cierta continuidad en los estudios del blog. En todo caso, aprovecharé para estudiar otra serie de cosas:
- El diseño de los portales con un poco más de profundidad
- La manera en la que cumplen (o no) sus obligaciones y por qué hay (si la hay) cierta desigualdad.
- Si existe un consumo relevante en lo que se refiere a los portales de transparencia.
- Si hay una relación entre el consumo, el diseño del portal, el número de votos o el interés informativo.
- Qué aspectos estructurales pueden incidir en una mayor o menor transparencia.
Hipótesis de trabajo.
Mi hipótesis sobre estos temas es la siguiente:
- Los portales recogen una importante diversidad de diseño, adecuado a la página del partido y de contenido.
- El cumplimiento de contenido es desigual, y resulta complicado para una persona ajena saber si se ha publicado todo lo que se tenía que publicar (no digamos ya si esto es cierto)
- El uso de los portales de transparencia de los partidos es pequeño, dado que esta tarea recae en la prensa que tiene sus propios mecanismos (y no supone un tráfico relevante).
- El uso previsible de contenido está relacionado por el interés informativo (lo que está marcado indirectamente por el número de votos) pero poco con el diseño.
- Los partidos tienen un mayor contenido en la medida en la que disponen de una mayor estructura que permite obtener, procesar y publicar dicha información.
- La adscripción ideológica no importa tanto como la relación con el sistema político. Hay partidos de izquierdas de derechas que informan mucho y nacionalistas y no nacionalistas que informan poco.
En definitiva, mi idea original es que los portales de transparencia de los partidos, como tales, no son un buen instrumento. Ni es un contenido destinado al público general, ni es un elemento que permita garantizar cumplir los objetivos (publicar la información y responsabilizar de su veracidad). Si mis hipótesis son ciertas (puede que si, o puede que no), ya os diré cuál es mi idea respecto a la transparencia de los partidos políticos.
Unidad de análisis.
Para realizar el estudio vamos a recurrir a los partidos políticos con presencia en el Congreso de los Diputados en la presente legislatura. Esto nos dará una muestra «más o menos» manejable (son más o menos 22, pero hay algunas coaliciones y también tenemos el problema de las agrupaciones de electores, a las que me cuesta seguirle el trazo, como es el caso de Junts Per Catalunya, en cuyo caso estudiaremos el PdCat) y con cierto tamaño e interés político.
Haremos el trabajo típico: un análisis de los portales, una petición de información, rezar mucho y esperar a los que nos manden algo y asumir que los que pasan de mi, pasan de mi (aun hay respuestas que espero de otros años).
Por otro lado, aunque no me interesa demasiado, consideraré aspectos ideológicos. En concreto dos cuestiones:
- Posicionamiento programatico. Incluirá izquierda, centro izquierda, centro, centro derecha y derecha. Evitaré términos como extrema porque no creo que me aporten datos adicionales y si una serie de polémicas absolutamente improductivas. Si es necesario contemplarlo en el futuro, lo haré.
- Visión territorial del estado. En principio clasificaré por unionistas (no plantean directamente la separación territorial del estado ni a presente ni a futuro en su programa), nacionalistas periféricos (si lo hacen) y regionalistas (tienen una base territorial pero no plantean la independencia). Al igual que en el anterior, evitaré términos como nacionalistas españoles, independentistas y demás. En principio puede que pierda fidelidad en algunos detalles, pero, en caso necesario lo replantearé.
Te puedo garantizar que va a ser duro, pero seguro que compensa.
¿Te vienes?