Las webs del Coronavirus (I): ¿qué puede hacer la web gubernamental contra la pandemia?

En esta enorme y original crisis en la que nos encontramos, es difícil aportar algo útil sin ser redundante. Dado que no soy muy de hablar de lo que no sé (y de virus no sé y aunque sé algo de estadística, seguro que hay gente más preparada), no creía que pudiera aportar nada en especial. Sin embargo, echando cuentas, uno se da cuenta de que muy pocas veces tiene la ocasión de ver como diferentes gobiernos afrontan un mismo problema y cómo se plasma eso en la esfera digital. Es decir, encontramos fenómenos globales, pero generalmente gestionados por agentes privados (eventos deportivos o culturales, por ejemplo), pero ahora todos los gobiernos del mundo enfrentan a un problema y esto nos ayuda a entender cómo entienden y enfrentan el problema desde su esfera digital con las webs del coronavirus.

Este artículo es el primero de dos en el que cuento un poco sobre estas webs: este de tipo general y otro en el que veremos las de varios países

Napoleon visita a los apestados en Jaffa. Obra de Antoine-Jean Gros
Napoleon ejerciendo un alto brnading y liderazgo en una situación de crisis… un visionario 2.0. Fuente

¿Qué consideramos páginas webs del coronavirus?

Como es normal ante un fenómeno de esta magnitud, hay cientos de páginas. Cada medio de comunicación, multiples ONGs y empresas, proyectos de RSC, dan lugar a páginas de contenido útil. Como señalé cuando hable de la claridad del lenguaje, hay dos dimensiones básicas a la hora de crear estas páginas:

  • Especificidad técnica: La naturaleza técnica del contenido que requiera una mayor preparación para su comprensión o competencias específicas para utilizarlo de manera práctica.
  • Amplitud de público: a cuántas personas pretendemos que llegue el contenido y genere sus efectos. Lógicamente, cuanto más específico es el contenido y su presentación, menos alcance tendrá y cuanto más alcance, menos específicos y complejos debemos ser.

Esto nos dejaría tres grandes tipos de páginas.

  • Páginas de instituciones médicas que tienen un contenido exclusivamente sanitario generalmente con contenido orientado a profesionales. Estas páginas tienen una función de difusión de contenidos sobre salud y prevención
  • Páginas de información y transparencia. En ellas, como señalaba Alejandro Barros, hay un contenido específico orientado a informar sobre la evolución de la enfermedad ya sea en formato de datos abiertos o con información plana. Estas páginas tienen un uso similar al de los datos abiertos y de rendición de cuentas: información específica con especial interés para divulgadores y reutilizadores (prensa, estudiosos, influencers y microinfluencers)
  • Páginas generalistas. Son páginas destinadas al público mayoritario buscando generar una serie de efectos de diversa profundidad en el conjunto de la sociedad integrando contenidos de los anteriores.

Las funciones de las webs del coronavirus

Nos vamos a centrar en estas últimas páginas, dado que son las que tienen una aspiración más ambiciosa y compleja y aporta una visión de lo que los gobiernos entienden que necesitan para el cambio. De todas ellas, nos centraremos, en la de los gobiernos centrales porque ofrecen una unidad de análisis comparable (las competencias de estados federados y municipios varían mucho) y completo de las acciones de gestión de esta crisis.

Las webs del coronavirus tienen como función contribuir a minimizar el impacto de la pandemia. Esto es un poco genérico, dado que existen diferentes dimensiones que influyen en su difusión y agravamiento. Hay aspectos sanitarios, preventivos, de concienciación y anímicos. En términos generales podemos ver estas funciones.

Función informativa

Existe un primer nivel de interacción mínimo que es la prestación de información a través de las webs del coronavirus. En este caso hablamos de contenido cuya finalidad es contar a la gente la situación de la pandemia en el territorio y su evolución. En principio no ofrece una gran interacción en las páginas generalistas (no así en las de datos), pero trata de definir una «linea en la arena» en un momento de exceso de información. Cuando hay previsiones, informes, noticias y bulos, tener una información clara, fiable y canónica puede ser una de las necesidades básicas del gobierno.

Esta presentación de información tiene diferentes informes y niveles de profundidad. Por ejemplo, el uso de mapas, gráficos, tablas o tarjetones permiten distintos niveles de penetración y claridad segun los intereses del diseño.

Función comunicativa

Este es uno de los casos en los que la diferencia entre información y comunicación es más clara. En términos generales cuando hablamos de información esperamos que el público tenga una acción mínima: en el caso de la comunicación no. Cuando comunicamos esperamos que el público actúe de una manera concreta. Pues bien, en las webs del coronavirus la información habla de la expansión de la enfermdad; la comunicación habla de cómo actuar para limitarla.

En un caso como este la comunicación es el principal activo de la web y responde a una necesidad básica: establecer comportamientos y actitudes que contengan lel contagio y sus efectos. Sin embargo, como veremos la próxima semana, la elección de contenidos nos dice qué es lo que los gobiernos priorizan como acciones básicas. Es decir, más allá de querer limitar la expansión de la enfermedad, un fenómeno como este afecta a trabajos, economía, normas administrativas etc. La manera en la que el gobierno comunica perfila sus preocupaciones y prioridades.

Función de difusion.

Una web es un espacio y un entorno fijo pero limitado. Tiene a su favor que ofrece una información fiable, pero tiene un alcance limitado. Es por ello que una de las estrategias a tener en cuenta (no siempre desarrollada) es la de facilitar difundir los aspectos informativos y comunicativos al público. Esto generalmente lo vamos a ver a través de recursos imprimibles, compartibles y fácilmente visualizables, ya sean videos o inforgrafías.

Aunque no todas las webs del coronavirus lo tienen podríamos decir que conforme aumenta su uso con la preocupación o el nivel de alerta. La cuestión es sencilla: si conseguimos viralizar el contenido llegaremos a una cobertura social mucho más grande que con la web estática. Cuanto más urgente es esta difusión, más necesario es ampliar los medios.

infografía que explica los objetivos y funciones de las webs como detalla el artículo. El nivel más bajo es información sobre el avance de la información mediante datos epidemiológicos, seguido de comunicación que busca contener la expansión del virus con consejos médicos. Luego viene la difusión que busca expandir el alcance de la web con materiales de consumo simple. El siguiente nivel que es transaccional permite escalonar el acceso a los servicios sanitarios, por último, la identidad y solidaridad con mensajes emotivos
Funciones de las webs del coronavirus. Elaboración propia

Función transaccional

Conforme la crisis ha ido avanzando se ha manifestado un problema evidente: la saturación de los servicios médicos es quizá lo que esté generando la gran mortalidad. En la medida en la que se pueda escalonar la entrada, minimizar tiempos en tareas poco urgentes y ordenar las entradas, más eficazmente se centrarán los recursos.

El aumento de preocupación sobre el tema ha llevado a meter una capa transaccional en muchos casos que mitigue el consumo de recursos digitales en dos niveles:

  • Aclarar dudas sobre la enfermedad o la prevención, lo que se puede facilitar a través de bots conversacionales
  • Hacer una preclasificación de patologías y casos de riesgo mediante herramientas de diagnóstico que, en algunos casos se han conjuntado con la localización para facilitar el control de los contagios.

Estas herramientas han ido apareciendo con la evolución de la enfermedad y se van añadiendo a las páginas, especialmente en casos más sensibles.

Función de identificación

Un último nivel es, precisamente, la concienciación, engagement y identificación de la persona con la web. Es, como hemos dicho muchas veces, la base del branding, y en un caso como este, es un elemento potencialmente útil. La lucha contra la pandemia requiere una alta confianza en las instituciones y el mensaje y, sobre todo, una implicación enorme para hacer sacrificios importantes para todas las personas por un bien mayor. Es decir, tenemos una marca (los estados o los gobiernos y las sociedades que dirigen), que no sólo espera credibilidad, sino que la gente actúe según lo que dice de la manera más rápida incluso contra su propio interés personal. Un concepto de brand engagement.

Esta última función es la que he visto en mi estudio como menos desarrollada, aunque con alguna notable excepción. En un tema sanitario es más fácil quedarse en los aspectos informativos y comunicativos, pero posiblemente el esfuerzo y sacrificio exigido a toda la sociedad haga más necesario y efectivo este último. A esto se le añade la dificultad de que normalmente estas cuestiones recaen en la política. Slemos formalmente distanciar comunicación política de la de la administración, aunque aquí veremos ejemplos de que esto no siempre es posible, ni claro ni, quizá, deseable en determinados escenarios.

Conclusiones

El fenómeno del coronavirus es algo tan enormemente impactante y disruptivo que obliga a generar respuestas nuevas o más profundas de las que conocemos. En las webs del coronavirus, encontramos que la reacción del público tiene que ser, por urgencia, mayor que nada de lo que hemos hecho. Un diseño y estrategia efica puede contribuir a salvar miles de vidas.

Sin embargo, igual que cada gobierno tiene su manera, visión y proyecto, cada sociedad tiene sus prioridades, valores y necesidades. En el próximo artículo analizaremos 8 páginas que nos ayudarán a ver cómo diferentes contextos, autores y destinatarios generan respuestas distintas porque, como suelo decir: no hay una mejor web, hay una web adecuada para un proyecto y un público. No os lo perdáis.

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